Rodrigo Verdera, que jugó dos años en Banfield de Mar del Plata, realiza su carrera en Perú. La experiencia del DT que sueña con dirigir un mundial en 2017.
El argentino Rodrigo Verdera (35) se convirtió en el nuevo entrenador de la selección peruana de talla baja con la que aspira a jugar el año próximo el mundial en Canadá.
“Dirigirlos es una experiencia que va más allá de lo deportivo, motiva trabajar, enseñar y sobretodo aprender con un excelente grupo humano”, explica Verdera. Y agrega sobre su tarea como DT: “Entrenamos de manera normal tanto en lo físico como en lo futbolístico; lo que ellos padecen es acondroplasia que es un trastorno en el crecimiento oseo pero sin problemas para desarrollar un entrenamiento normal y exigente. Estamos trabajando en contagiar una mentalidad ganadora”.
Verdera nació en Mendoza, pero al poco tiempo se radicó en Necochea, donde comenzó su carrera como futbolista en el club Del Valle. Luego en el 2000 pasó a Banfield de Mar del Plata donde jugó hasta el 2002. Su siguiente destino fue en Lamadrid para jugar en la Primera C y finalmente regresó a Necochea para terminar su carrera en Del Valle. En esa institución comenzó como director técnico de la reserva en el 2010.
Cuatro años después viajó a Perú, donde está actualmente radicado. Su primera experiencia fue en el Instituto Peruano del Deporte (IPD), donde entrenó categorías infantiles y luego el equipo femenino de Colombia-Perú en la Liga Metropolitana. Este año, Verdera también dirigió el club ADC donde obtuvo liga distrital de la Copa Perú. Finalmente presentó su proyecto y entre diez candidatos fue seleccionado como entrenador de la selección peruana de talla baja. En esta nueva etapa, jugarán en octubre una serie de amistosos en Chile y en diciembre una cuadrangular en Lima ante Argentina, Estados Unidos y Chile. Par el año que viene tienen programado un amistoso con Ghana de cara al Mundial que se desarrollara en agosto de 2017.
“Nada fue fácil desde que llegue a Perú porque vine a crecer desde lo personal y la adaptación llevo varios meses, la inclusión en lo social y laboral fue algo que se hizo esperar más de lo que pensaba pero una vez que surgió la primera oportunidad la aproveche al máximo; las puertas comenzaron a abrirse y hoy disfruto a diario mi realidad”, contó Verdera.